Certina DS Action Diver Titanium 38mm 300m
Revisamos este reloj de Certina, un diver con certificación ISO 300 m. Se trata del
Un reloj PARA PERDERSE – Seiko Prospex Tortuga de Tierra (Land Tortoise) SRPG17K1
¡Hey! ¿Qué tal? Bienvenido a Atrapando el Tiempo. Mi nombre es Pablo y hoy voy a revisar este precioso Seiko Prospex Tortuga de Tierra. Un reloj que Seiko lanzó hace apenas un año y que se diferencia de sus hermanos Divers en varias cosas. Lo vemos ahora.
Además de eso, también daros las gracias a todos, como siempre, por apoyarnos. La verdad es que estamos teniendo un crecimiento espectacular y buena parte de ese empujón se lo debemos a un amigo muy especial, Jose Antonio de Big Ben Theory.
Un tipo excepcional con el que no sabes si aprendes más de relojes o de calidad humana. Os aconsejo que le echéis un vistazo a su canal y que no os dejéis engañar por las apariencias. Si su set os parece modesto, es porque no sabéis que el microondas, la tostadora, el café con leche o el colacao del brindis, son magias que él utiliza para dar las clases de bonhomía y horología, magistrales en ambos casos.
Además, hemos intercambiado relojes y ahora tengo el Casio Marlín de Jose Antonio conmigo. Lo uso a diario y disfruto un extraño placer, desconocido hasta ahora por mí. Tener el reloj de un amigo, os confieso que es algo especial, me encanta.
Cuando compré mi Seiko King Samurái valoré bastante tiempo si, en su lugar, adquirir el Rey Tortuga. La decisión final la tomé porque me gustó más la caja tan facetada del Seiko Prospex King Samurái, pero fue una elección casi a cara o cruz, porque tanto me atraía uno como el otro. Esa atracción aumentó exponencialmente cuando hace unos meses supe que Seiko lanzaba el modelo en su versión de tierra, también en la gama Prospex, pero si ser exactamente un reloj de buceo, si no más bien un reloj de campo o de aventura.
Su hermano buceador es mucho mayor en tamaño y en edad. El primer tortuga vio la luz en el año 1978 y en cuestión de tamaño le saca casi 3 milímetros de diámetro a este, más pequeño en tamaño, pero no en estética ni en funcionalidad.
Y bueno, así estaba este reloj, almacenado en mi cabeza como un reloj muy deseado, pero como tantos otros. Siempre tengo un montón de piezas en esa lista de espera imaginaria. Pero hace unos días me llegó una promoción de El Corte Inglés donde lo tenían rebajado a 380 Euros, cuando su precio normal son 540 Euros. Y de inmediato pasó de ser, uno entre muchos, a primus inter pares.
Y la verdad es que estoy encantado con él, tenía alguna duda por el tamaño, pues temía que esos 42 mm de diámetro me parecieran escasos, pero ahora debo decir que estoy plenamente satisfecho y confieso que no fue así desde el primer momento, pues cuando llegó y lo tuve en la mano, me pareció un poco pequeño por ese aspecto engañoso de ser un buceador. Pero no me llevó más de unos días cambiar el chip y el criterio. Debo decir que ahora me gusta mucho, cada vez más. Porque es más compacto, más fino y elegante que su hermano mayor, el Diver. Que a ver, tampoco 42 mm se pueden considerar precisamente un reloj pequeño, he dicho en muchas ocasiones en los comentarios que mi medida preferida para un reloj informal es esa, la que tiene este, que aunque lo parezca, no es un reloj de buceo. Aunque sea de la gama Prospex y esté habilitado para sumergirlo a 20 bares o 200 metros.
No es un reloj de submarinista por varios motivos, uno salta a la vista y es su correa de piel. El otro solo lo sabes si lo manejas, es ese bisel de una apariencia muy similar a los acostumbrados, salvo por esas letras que marcan los puntos cardinales y por
su accionamiento que no tiene nada que ver con un Diver.
Este no lleva clics, ni es unidireccional, gira hacia ambos lados y su tacto es, como definirlo, gomoso. Es agradable, pero mucho más fácil de girar que el King Samurái, no hay comparación en eso, pero tiene sentido que sea así. Este bisel sirve para orientarse con el sol, no para calcular el tiempo de inmersión que te queda. Son funciones distintas que justifican plenamente esas diferencias.
Y creo que eso es, precisamente, lo que me hace apreciar que este reloj no sea tan grande, el que su tamaño lo distinga claramente del buceador, manteniendo el diseño, pero dejando claro que es un reloj de aventura o supervivencia en tierra. De hecho, Seiko lo expone así en su catálogo.
Ya sabéis que los nombres por los que los conocemos no son genéricos de la marca, que los distinguen con referencias, no con nombres propios. Estos se los ponen los aficionados y este reloj en inglés sería un Tortoise, que es como llaman ellos a las tortugas de tierra, en lugar de un turtle que serían las tortugas de mar.
Para mí, en castellano, va a ser el tortuga de tierra sin más. Aunque también hay algunos que le llaman Galápagos.
Es un reloj analógico con tres manecillas y fechador. La esfera es de color negro mate y destacan en ella los índices aplicados con forma de barra que marcan las horas Salvo las 3, las 6, las 9 y las 12, que tienen forma trapezoidal, doble al medio día. Un diseño de marcadores que ya conocemos en más relojes de Seiko.
Tienen color cobrizo en los bordes y están rellenos de LumiBrite de color beige, una combinación llena de elegancia y efectividad, pues todos conocemos la calidad de la pintura luminosa de Seiko.
El nombre de la marca, el logo de Prospex y las leyendas “automatic” y “20 bares”, están pintadas con el mismo color cobrizo que es el que más destaca en esta pieza, obviando el negro que lo domina todo.
El fechador está entre las 4 y las 5, me gusta ese sitio y me gusta que sea negativo fondo negro y número blanco. Por cierto, es lo único blanco que hay en todo el reloj, el numerito de la fecha.
Las manecillas son, o al menos a mí me lo parecen, preciosas. La de las horas en punta de flecha de gran tamaño y la minutera de jeringuilla, ambas del mismo color cobrizo que los marcadores y también rellenas de lumibrite color beige.
La segundera es hermosa, del mismo ancho de cabo a rabo, muy estrecha por cierto, con un contrapeso negro acabado en piruleta y también relleno de lumen.
Los índices de los minutos están pintados en el rehaut, este sí es de un acabado brillante destacando sobre el mate de la esfera. La combinación de colores sigue el
mismo patrón de todo el reloj, negro y cobrizo.
El anillo del bisel es de aluminio y no me quejo de que no lleve cerámica, pues esta es muy brillante y a este reloj le queda muy bien esa combinación de acabados. Mate la esfera, brillante el rehaut, satinado el bisel.
Siguiendo con el bisel, lleva marcados los puntos cardinales con letras, Norte, Sur , Este y Oeste. Y entre ellos esos postes que no coinciden con los habituales de los minutos, pues estos marcan las mismas subdivisiones que la rosa de los vientos.
Por ejemplo, entre el Oeste y el Norte tenemos el Oeste – Noroeste, el Noroeste, el Nor – Noroeste y el Norte y así sucesivamente. Algo que pocas veces usamos, pero que es interesante conocer.
A diferencia de todos los demás, el marcador del Norte está enmarcado y la letra es negra El resto letras y postes son del mismo color cobrizo que los índices del resto reloj.
En la cara externa el bisel está ranurado para facilitar su agarre aunque, ya dije antes que este, no se parece en nada a los biseles al uso, por el giro bidireccional y por ese tacto gomoso y sin clics.
Llegamos a la octava y la última diferencia que yo he encontrado. Si vosotros veis alguna más, os leo en los comentarios.
Esta es sutil, pero una vez la ves, te das cuenta. Me refiero a los pulsadores, ahora sobresalen un par de milímetros más, o tal vez no tanto, pero sí lo suficiente para que parezcan lo que son. Los anteriores parecían botones y al tacto, en la oscuridad, no eran tan fáciles de encontrar, aparte de que estéticamente le quedan mucho mejor así.
La corona está entre las 4 y las 5, es muy grande y fácil de asir, luce el mismo patrón ranurado del bisel y en el frente no lleva ningún logo y el acabado es cepillado.
Es una corona roscada, compatible, por lo tanto, con la inmersión. Cosa distinta es que alguien vaya a meter este reloj en el agua, yo desde luego no, al menos voluntariamente.
El cristal es de zafiro y esto, la verdad, me sorprendió. No lo sabía cuando compré el reloj y daba por hecho que el zafiro lo reservaba Seiko para sus versiones King Samurai o King Tortuga y que a estos les ponía hardlex a todos, pero no, este lleva zafiro y, la verdad, bien que me alegro.
La caja me encanta. En parte porque no sabía que su forma de concha de tortuga. Desciende en ángulo redondeado por detrás, hasta encontrase con la tapa.
Eso le confiere una estética muy singular, casi todos mis relojes son más o
menos rectos en esa zona de la carrura y este me ha encantado por ese detalle,
hace la pieza más liviana a la vista y su forma es, ¿Cómo diré?, más orgánica,
más natural, desde luego a mí me encanta. Tiene dos acabados, cepillado arriba y pulido en los lados y por abajo.
Si le damos la vuelta vemos la tapa que en su parte más externa es pulida y podemos ver referencias del calibre que es el archiconocido 4R-35 y leyendas propias del reloj, que es de acero, sumergible 200 metros y que lleva zafiro, entre otras. Además de esas leyendas y formas sinuosas de la caja, lo que más destaca son los grabados que lleva la tapa. Otro detalle que lo distingue del Diver y refuerza esa identidad de reloj de aventura, es ese código de señales para el rescate en una situación de emergencia.
Para el común de los mortales puede parecer más mercadotecnia que otra cosa, pocos vamos a hacer el Indiana Jones con este reloj, pero lo cierto es que está habilitado para ello.
De hecho, ese es su espíritu, ser un reloj de supervivencia en tierra. Por eso se entiende que esté ahí ese código. Cualquier soldado aerotransportado, cualquier piloto, civil o militar, debe conocer esas señales, pues en términos de rescate, es un código internacional.
Es de bastante buena calidad, de piel de becerro de doble capa, más gruesa cuanto más cerca de las asas y en general una muy buena correa.
Por ponerle un efecto debo decir que es muy poco flexible, le cuesta un mundo adaptarse a tu muñeca. La hebilla es de acero cepillado y lleva el nombre de la marca grabado.
Ahora os voy a decir como se usa este bisel por si alguno no lo sabéis. Si tenemos que orientarnos en el plano y no disponemos de brújula, este artefacto tan simple puede ser una herramienta que nos salve, eso si, siempre necesitaremos el sol
como aliado en este menester. Sin sol no hay orientación posible.
Lo primero que debemos tener en cuenta es el horario UTC o GMT, siglas de tiempo universal coordinado o del meridiano de Greenwich. En el caso de España es +1 hora en invierno y +2 horas en verano. Esto nos dice que nuestros relojes van
adelantados una hora en invierno y dos en verano con relación al UTC o GMT, también conocida comúnmente como hora solar y por los pilotos de aeronaves como hora zulú.
Pues bien, debemos corregir esa diferencia que varía según el país en que te encuentres para ajustar nuestro reloj a esa hora UTC, GMT, zulú o solar, llámalo como quieras.
Una vez corregida esa diferencia debemos tener en cuenta si nos encontramos en el hemisferio norte o en el sur. Si estamos en el norte, debemos alinear la aguja horaria de nuestro reloj con el sol y la bisectriz del ángulo que se forme entre la manecilla y las 12, nos indicará el sur.
Si estamos en el hemisferio sur, debemos alinear las 12 de nuestro reloj con el sol y la bisectriz del ángulo que forma con la hora puntual, nos indicará el norte en vez de el sur.
En ambos casos solo tenemos que alinear nuestro bisel con la referencia obtenida, norte o sur, según el hemisferio y tendremos ubicados los puntos cardinales correctamente, como si nuestro reloj fuese una brújula.
Y una vez comentada la funcionalidad del bisel, sigo repasando el reloj.
Además, puestos a pensar en eso que al principio confieso que me pareció un poco una chorrada, recordé el episodio de la tragedia del avión de los Andes, los que seáis más mayores, estoy seguro de que también lo recordaréis porque fue algo que conmovió al mundo. Los supervivientes de ese accidente tuvieron que alimentarse de los restos de sus compañeros muertos para sobrevivir.
Leí el libro hace muchos años, luego vi la película y en ambos retrataban como aquellas personas, casi todos hombres, jóvenes universitarios que viajaban para jugar un partido de rugby, se afanaban en construir señales para su rescate con las maletas, la ropa, restos del avión y otras cosas. Grandes señales para que las vieran los aviones o helicópteros.
Cuando se dieron cuenta de que, nadie acudía a rescatarlos transcurridos muchos días después del accidente, un grupo de dos o tres decidieron ir a buscar ellos el rescate, atravesando a pie, claro, esas montañas heladas guiados por la fe y el afán de supervivencia. ¡Qué bien les hubiese venido este reloj en ese trance!, pensé. El recuerdo de ese episodio me hizo ver este reloj, su bisel y su tapa de otra manera.
Nunca sabemos cuando nos podemos encontrar en una situación de emergencia, aunque no seamos Bear Grylls o Indiana Jones.
Revisamos este reloj de Certina, un diver con certificación ISO 300 m. Se trata del
Tiene argumentos de peso para alcanzar tanta fama como el Bambino.
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