FORMEX ESSENCE | Cuando la relojería suiza la saca del estadio
Formex Essence. Calidad suiza, a precio razonable, con acabados que rozan la excelencia y una propuesta de valor que deja
El reloj de campo / militar definitivo
La historia de este reloj, al menos de momento, no tiene el acostumbrado principio. Lo compré “así o asao” o me lo mandó esta o aquella marca. No, este reloj y es la primera vez que esto pasa en este canal, no es de nuestra propiedad, sino que su dueño es José Antonio de Big Theory, que supongo que ya todos conocéis y los que no, pues no sé qué estáis esperando porque, para muchos, entre los que me encuentro, es uno de los mejores canales de relojes en español.
Y dicho esto, toca hablar de esta pieza que me ha gustado muchísimo. Puedo decir que me ha enamorado pero poco a poco. No me dejó ojiplático al primer golpe de vista, pero sí que me ha ido cautivando, lentamente, día tras día, hasta ganarse todo mi respeto y cariño.
Muchas veces había reparado en este Hamilton Khaki Field, por ser el reloj mecánico más económico del catálogo de Hamilton. Una marca que me resulta muy atractiva, pero tenía totalmente descartada su compra por su, en teoría, escaso tamaño. Por eso ha sido tan grande la sorpresa una vez que lo he tenido en mi mano.
También debo reconocer que mis prioridades, mis gustos no paran de cambiar y eso es porque tengo conceptos previos en la cabeza que a medida que voy conociendo relojes caen por su propio peso.
Y tal cual eso es lo que me ha pasado con este Hamilton Khaki Field, un reloj de 38 milímetros de diámetro de caja. Ese dato por sí solo ya valía para que no lo contemplara como una opción de compra, pero ha sido ponerlo en mi muñeca y ale-hop, otro prejuicio destruido, me encanta.
De hecho, ya no tengo claro que prefiera el de 40 milímetros que habría sido mi elección natural. Creo que cuando lo compre va a ser este tamaño y os explico por qué.
Solo Tiene 38 milímetros de diámetro, pero está tan bien compensado en el resto de sus medidas, que hace que lo perciba como un reloj casi perfecto en sus proporciones. Y es que no solo importa el diámetro de la caja, también el tamaño del dial y sobre todo el de las asas, bastante largas en este caso, pues tiene 47 milímetros entre postes. Para rematar ese estilizado diseño faltaba una altura como esta de 9,8 milímetros, excelente.
El Seiko tiene 42 milímetros, dos menos que los Seiko Tortuga de buceo y aun así parece un tanque al lado de este Hamilton Khaki Field. Y eso es exactamente lo que me gusta de este Hamilton, su inspiración vintage, esa estética de reloj de mediados del siglo pasado con aspecto militar
Conviene destacar que uno muy parecido a este lo recibían los soldados norteamericanos como parte de su dotación, con el petate.
Durante la Segunda Guerra Mundial, más de un millón de gringos entre 1942 y 1945 recibieron un Hamilton, aunque el original creo que tenía 34 milímetros, bastante más pequeño que este, que se ha adaptado a los nuevos tiempos sin perder un ápice de su esencia y de su autenticidad.
Es modesto, sencillo, cómodo y funcional. No es el reloj que te vas a comprar para deslumbrar, ni para llamar la atención, no es esa su vocación, pero sí para sentirte muy bien con él. Sorprendentemente, lo percibo perfectamente proporcionado y cómodo, se planta en la muñeca como si me lo hubieran diseñado a medida.
Es increíble lo bien que se siente este Hamilton Khaki Field que me ha roto los esquemas totalmente. También debo decir que esta pieza me parece una magnífica elección como reloj de entrada a la relojería a Suiza. Hay que reseñar que aunque el origen de la marca es estadounidense, pertenece al grupo Swatch desde hace muchos años. Por eso en este Hamilton Khaki Field confluyen en perfecta simbiosis el diseño de un reloj de guerra americano con el prestigio y el buen hacer de la relojería suiza más actual, que lo dota de un calibre y unos acabados, a la altura de su gran historia.
Por todo eso, me parece una magnífica elección como primer reloj suizo. Con un precio de más o menos 450 euros que no diré que es barato, pero sí que pone un reloj “Swiss Made” de calidad, de una marca con reconocido prestigio y un diseño histórico, al alcance de muchos.
Es un reloj de pulsera analógico, con tres manecillas y fechador. Tiene un movimiento mecánico de remonte manual que Hamilton llama H50, aunque es el mismo que el grupo Swatch equipa en muchas de sus marcas con otras denominaciones, Powermatic es la más frecuente. Late a 21.600 alternancias hora, tiene 17 rubíes, cuenta con parada de segundero y con una reserva de marcha de 80 horas, ahí es nada.
Su diseño es discreto pero muy funcional. Nada en él brilla a no ser el reflejo de su cristal, un fallo de este feel watch es que no lleve antirreflejante, aunque eso no impide que la lectura de la hora sea magnífica en casi cualquier circunstancia, salvo cuando le da el sol de pleno, pues tienes que buscar la postura y que el reflejo del zafiro no condicione la lectura o la confunda.
Empezando por el dial, vemos que todos los marcadores son pintados. Los segundos o minutos en el perímetro de la esfera tienen forma de barra, menos los que señalan el 5 y sus múltiplos, que son triangulares rellenos de Lumen, más grandes a las tres, seis, nueve y doce.
En anillos concéntricos vemos los marcadores de las horas en números arábigos que son más grandes hasta el mediodía, del uno al doce y más pequeños del trece al veinticuatro, facilitando su lectura ya sea antes del meridiano o postmeridiano.
El color del dial es verde militar o verde aceituna, pero muy oscuro, por eso destacan tanto los marcadores que están todos pintados en blanco. Igual que el nombre de la marca y esas leyendas “Khaki” y “Mechanical”, que luce debajo de las doce y encima de las seis, respectivamente. A ambos lados del triángulo de las seis vemos también su origen, el Swiss Made.
Esta carátula representa la sencillez y practicidad llevadas al apogeo para quien no espere lujo, sino funcionalidad. Las manecillas, la horaria y la minutera, tienen forma de jeringuilla. La trotadora sí presenta contrapeso acabado en forma de piruleta y en la punta tiene forma de flecha.
A la altura de las tres, falta el número y en su lugar vemos el hueco del fechador, enmarcado en un sencillo cuadrado pintado. Es de buen tamaño y se ve bastante bien.
Las tres manecillas están pintadas de color blanco y también iincorporan un lumen que brilla en verde. Bastante bien cuando lo cargas, pero no es que conserve mucho la luminosidad, a ver, la prueba del amanecer la pasa, pero solo ves ya duras penas, la horaria y la minutera.
Alrededor el dial vemos que no lleva rehaut, luce el interior de la caja que, como podéis ver, tiene un acabado arenado con un brillo satinado muy chulo y práctico para que al reloj se le noten lo menos posible las marcas de uso.
El bisel apenas se deja ver, pues presenta el mismo acabado arenado que la caja
Destacan sobre todo esas grandes asas que marcan perfectamente el reloj. Son tan largas que queda un hueco notable por donde puedes ver la piel de la muñeca entre la correa y la caja.
Este detalle no me gustaría nada en un reloj formal, vaya, en casi ningún otro, pero esta pieza yo diría que hasta le queda fenomenal. Te dice por todas partes que es un reloj cómodo y práctico, por ejemplo, en los huecos que presentan las asas en su parte lateral que permiten un mejor acceso al pasador y, por tanto, un cambio de correa mucho más cómodo.
Otra vez, esos agujeros no los perdonarían casi ningún reloj, pero aquí hasta me gustan, creo que le queda muy bien.
El cristal es de zafiro sin antirreflejante y tiene una ligera forma abovedada, no llega a crear domo, pero le da un aspecto muy acorde a la estética del reloj sin poner en peligro la integridad del vidrio que sería menor si llevara esa curva cerca del bisel. Otra vez estética y funcionalidad magistralmente resueltas.
Me sorprende que siendo tan básico en sus soluciones de diseño, me encante todo de él. Incluida esa corona, grande, con ranurado vertical, muy fácil de asir y manipular. Además, es un placer darle cuerda, algo que valoro mucho, pues los relojes manuales, como sabéis, me encantan. Pero en su uso diario no son tan prácticos, porque al no utilizarlos frecuentemente, te olvidas que llevas uno y muchas veces no te das cuenta hasta que está parado, al menos eso me pasa a mí.
Con este en los 15 días que lo tengo, eso no me ha pasado, pues cuento con 80 horas para acordarme de darle cuerda, más de tres días, una auténtica maravilla que para mí tiene mucho valor, ya que es algo que ninguna otra marca me ofrece a este precio, vaya, que no sea del grupo Swatch, me refiero. Un calibre de remonte manual con 80 horas de reserva de marcha. Ya solo por eso, amo este reloj.
La pena de esta corona, es que no es roscada y este creo que es el fallo más notable de esta pieza, que siendo un reloj de campo o militar, no tenga más que 50 metros de sumergibilidad, con la corona roscada, mínimo serían 100 metros y este reloj lo pide a gritos. El antirreflejante se lo perdono porque no es tan importante, pero solo cinco bares me parecen escasos para este Khaki, que se merecía algo más.
El accionamiento de esta corona es tan especial como cualquier reloj manual, pero este tiene un puntito un poco raro y es el retorno de la corona. Al parecer tiene el muelle tan fino, que es una medida para protegerlo. Pero bueno, esto lo digo porque me lo advirtió José Antonio, que es quien entiende de estos temas, para mí es simplemente algo raro, pero divertido. También le da personalidad al reloj
Llegamos a la correa, otro gran acierto según yo lo veo. Tiene un aspecto definitivamente militar, ya que es una Correa tipo canvas, que no sé muy bien lo que quiere decir esto, pero sí que está confeccionada en cordura, que es lo que llevan muchas prendas para usar con la moto, un material natural, supongo que cáñamo o algodón, con una resistencia y un aspecto sensacional, sobre todo por esos aretes metálicos que llevan los huecos que le dan un aspecto superior, aunque sea una correa de lo más rudimentaria.
También, contribuye lo suyo esa hebilla con la marca bien grabada, nada de láser. También está acabada en chorro de arena a presión, por lo que tiene casi el mismo aspecto que la caja, aunque el arenado de la hebilla es un poquito más fino.
Se perciben muy bien, igual que los aros rectangulares diré, si es que esto no es un oxímoron, un aro por definición ha de ser redondo, pero es que no sé cómo llamar a estas piezas metálicas que hacen de trabilla, la que normalmente va cosida a la correa y no se mueve, pero esta que es metálica y triple, sí, aquí lo podéis ver.
Eso facilita mucho la introducción de la correa, además de marcar una diferencia estética muy conseguida por inusual. Es el primer reloj que veo así y me flipa mucho esa solución de diseño. La otra trabilla es del mismo material y color que el resto y esta sí es móvil.
Me encanta esta correa. Además, me da que con el paso del tiempo, los roces y el envejecimiento aún van a hacer más guapos su aspecto.
Si le damos la vuelta vemos que el interior lleva cuero natural cosido, salvo en la zona de mayor contacto cerca de la hebilla, donde lleva cordura, que resistirá mucho mejor los roces. Pequeños detalles que hacen que sientas que este reloj que, aunque no lleve materiales de primera, está muy bien pensado en todos los sentidos. La verdad es que lo sientes muy especial.
La única pega que se le puede sacar a este Calibre, es que para su reparación hay que recurrir necesariamente al servicio técnico de la marca, ya que carece de regulador y eso impide que un relojero le pueda meter mano, pues se requiere maquinaria que solo tiene el grupo Swatch, que se sepa.
De cualquier manera, creo que es bueno conocer esto, que por cierto, no sabía cuando hice el vídeo de mi Tissot, para poder valorar si esa particularidad, la de ser cautivo de la marca, puede ser importante o no a la hora de decidir su compra.
Si le damos la vuelta podemos ver una tapa roscada, acabada en cepillado concéntrico que se vuelve mate en la mitad. Aacoge el logo de la marca, esa hache picuda que brilla. Debajo vemos el nombre de la marca con la tipografía actual.
En el anillo externo podemos ver referencias y leyendas propias de este Hamilton
Hablando de esto, de lo especial que es, me viene a la mente el susto que me llevé con él. Os lo cuento porque es una anécdota curiosa.
Cuando llegó el reloj lo dejé en su caja unos días mientras terminaba la reseña del Orient Kano. Cuando lo agarré para ponerlo en hora y empezar a usarlo, me pasó algo que no preveía y que me asustó un montón. Lo dejé calibrado tal que a las nueve de la noche y a la mañana siguiente, cuando eran más o menos las siete de la mañana, el reloj marcaba a las 11:30h y yo ¿¿¡¡qué!!??.
Lo primero que pensé es, seguro que me despisté y no lo puse bien en hora. Total que, lo vuelvo a hacer, lo dejo calibrado a las 7:10h y cuando lo vuelvo a ver a la hora de la comida, a eso de las 2:30h, marcaba las doce menos cuarto, yo ya aterrado, llamando a toda leche a los chicos para ver si habían tenido algún incidente con el reloj. Me dicen que no, que todo como siempre, los relojes los reciben ellos, pues yo vivo en la aldea y siempre es más complicada la recepción de cualquier envío.
Pues eso, que una vez confirmado que no había pasado nada raro ni ningún accidente, lo que hago es calibrar el reloj con la app que uso para saber la precisión de mis relojes.
Pues bien, en poco más de una hora tenía un adelanto de 460 segundos y yo claro, flipando, a ver qué le digo ahora José Antonio. Por un lado, con la conciencia tranquilísima, sabiendo que lo he tratado como trato a los míos o mejor, pero dile ahora su dueño que el reloj tu amigo que te lo ha prestado, que no es que vaya mal, es que nunca he visto esa descompensación. Casi 8 minutos de adelanto en una hora.
Total que, desbordado por el tema, le pongo un WhatsApp a José Antonio y rápidamente, nobleza obliga, me tranquiliza diciéndome que seguro con el porte lo ubicaron cerca de algún altavoz, o algún aparato que lo magnetizó, convenimos que me compraría un desmagnetizador y me insistió en que no me preocupara ni un poco.
Total que, me pido el aparato este, pero en el impasse de recibirlo resulta que el reloj se pone bien solo. Eso sí, he observado que se comporta mejor cuando le doy cuerda cada día o día y medio, que cuando dejo que se agote la reserva de marcha, que es cuando empieza a retrasar un poco, pero vaya, ¿qué fue lo que pasó? A día de hoy aún no lo entiendo, pero gracias a Dios el reloj funciona perfectamente y no necesité usar el desmagnetizador.
Lo que menos mal atrae es que solo tenga una resistencia de 5 bares, vaya, que no lo ofrezcan con la corona roscada. Casi me cabrea porque es algo no tan difícil de solucionar. Otro detalle es el antirreflejante que no tiene y por buscarle más pegas el Lumen, podría ser mejor y ya, se acabaron las quejas.
Me encanta este reloj, sencillo hasta el extremo, pero con un montón de detalles que te hacen apreciar la exquisita personalidad, la enorme funcionalidad y el gran desempeño de este feel watch y todo eso envuelto en un diseño espectacular por su sencillez y por la historia que lo avala.
No se me ocurre otra pieza que haga mejor honor a su esencia de reloj militar o de campo, por su comodidad, por sus medidas, por su calidad, aun no siendo en absoluto lujoso.
En definitiva, me parece un reloj digno de cualquier colección, al margen del dinero que tengas, a pesar de no contar con la experiencia necesaria en la relojería suiza, sí puedo dar mi opinión y este Hamilton Khaki Field, me parece el reloj militar por definición. Además, la marca lo ofrece muchos tamaños acabados y precios, por eso diría que hay un Khaki Field para cualquier amante de los relojes.
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